10 octubre 2011

Paisaje, arquitectura o decoración

Hoy estoy en CTesifonte, después de la interrupción de Alejandro Magno y sus helenizantes sucesores, cuando los sasánidas impusieron su control sobre el imperio persa. Todavía hoy permanece en pie  el gran salón del palacio de Cosroes I, que dicen poseía la bóveda de ladrillo  de mayor luz del mundo, dominando el paisaje como anteriormente lo había  hecho el zigurat.
 
En los días de audiencia,  el suelo de debajo de la bóveda se cubría con  alfombras, una de las cuales, conocida como la Alfombra de Invierno o Alfombra de la Primavera de Cosroes, constituía uno de los tesoros  de CTesifonte. Dicen que tenía unos  treinta metros de cuadrados de superficie y estaba tejida en seda con  bordados de oro y piedras preciosas.
En  ella se  representaba un  hermoso jardín  de recreo con arroyos y caminos,  adornado con arboles y flores. En los cuadrantes aparecían colores azules, rojos, amarillos,  blancos y verdes, en piedras preciosas que dibujaban  las flores. El suelo y los canales estaban tejidos  en oro y el agua en cristal de roca.  Los arboles eran de oro y plata y los frutos de piedras coloreada. Un borde exterior de esmeraldas representaba una pradera.
De este modo los reyes sasánidas conseguían prolongar la primavera extendiendo sus alfombras  a los pies de sus tronos. Comienza aquí la tradición de las alfombras persas del jardín, tradición que ha llegado hasta el  presente,  dejando testimonio  del jardín del paraíso terrenal persa.
Este jardín responde a  una composición que representa el mundo, dividido en cuatro partes que simbolizan los cuatro elementos esenciales: agua, aire, tierra y fuego.  Queda materializado mediante sus dos ejes transversales que señalan a los cuatro puntos cardinales, donde cada elemento revela un mensaje simbólico.

Los ejes de simetría, intersección de la horizontal con la vertical, simbolizan el encuentro de lo terrenal con lo espiritual, cuyo punto de encuentro es el lugar en torno al cual gira todo lo demás, donde se sitúa un estanque,  origen de la vida, o un pabellón, desde donde se contempla el mundo.
La cruz formada por los caminos, se refuerza  con la presencia  de canales por los que fluye el agua, que simbolizan los cuatros ríos del paraíso, que dividen el jardín en cuatro mas pequeños, donde colores, olores, formas y texturas se mezclan componiendo un lugar para disfrute de los sentidos.
Las especies de mayor porte, los arboles, también ocupan su lugar, siguiendo un orden geométrico, alineados en los bordes de los caminos y canales. Los cipreses que flanquean los canales simbolizan la muerte y la eternidad, mientras que los arboles frutales representan la vida y la fertilidad.

Apuntes de la asignatura Jardineria y Paisaje, ETSAM


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